Al ser antideslizante, reduce el riesgo de accidentes en áreas públicas como parques y piscinas, contribuyendo a la seguridad de la comunidad. Su aplicación en espacios públicos puede facilitar el acceso a personas con movilidad reducida, mejorando la inclusión social, mejora la apariencia de espacios exteriores, aportando atractivo visual a áreas comunitarias y fomentando el orgullo cívico.